Introducción
Uno de los problemas fundamentales de la convivencia social en armonía es el de la gestión de la diversidad cultural. Cualquier ciudad o país está hoy habitada por multitud de ciudadanos procedentes de los más diversos espacios geográficos. Esto significa que los usos y costumbres de la vida pública de los ciudadanos pueden no coincidir. Se hablan lenguas distintas, se practican religiones diferentes, la estimación de los valores económicos, sociales y culturales no siempre resulta del todo convergente, etc. La pregunta, entonces, es cómo gestionar esta diversidad cultural.
Objetivos
Dado que las reacciones y actitudes ante el hecho de la diversidad cultural son distintas entre los ciudadanos y puede provocar desde sentimientos de odio hasta sentimientos de compasión, el objetivo de esta ponencia es acotar el concepto de cultura, analizar lo que debemos a la cultura desde el punto de vista del lugar, del tiempo y del sentido que tiene para la vida humana. Sólo conociendo e interpretando correctamente aquello que nos identifica podemos prepararnos para la búsqueda de aquello que nos trasciende y nos convierte en ciudadanos abiertos a una cultura global o transnacional.
Metodología
Esta ponencia parte del hecho de la diversidad cultural y arranca con la necesidad de dar respuesta a esta cuestión. Comenzaremos el trabajo describiendo el estado de la cuestión y justificando el corpus de datos o textos que se analizarán en a lo largo del trabajo. Continuaremos con un análisis hermenéutico de aquellos problemas más frecuentes en la gestión de la diversidad cultural apoyándonos en las fuentes documentales más solventes del campo. Finalmente, a partir del establecimiento de un esquemático marco teórico, avanzaremos nuestra propuesta de gestión de la diversidad cultural en un mundo global actual.
Discusión
Cultura es término que posee una larga historia, y ha tenido tanto un sentido formativo como un sentido etnográfico. Es preciso indagar sobre estos dos sentidos para ir más allá de los significados usuales del término cultura con el objeto de otear un horizonte de convivencia posible sin renunciar a las diferencias culturales particulares. No son válidas ya actitudes etnocéntricas que juzgan otras formas de ver la vida desde los propios puntos de vista. Esta es una actitud que no conduce más que a la xenofobia y al racismo. Tampoco son válidas actitudes de relativismo cultural, pensando que las culturas no pueden ser juzgadas desde fuera y que cada cultura establece un modo de entender el mundo incompatible con cualquier otra cultura. La incomunicación entre culturas o la parálisis intercultural ni es factible ni es deseable. En un mundo cada vez más globalizado es inevitable que las culturas se toquen entre sí. Por eso tampoco el relativismo cultural evita el racismo y la xenofobia. Es necesario explorar otras vías que pongan en juego una actitud de diálogo intercultural. Solo el diálogo intercultural puede garantizar un ambiente de respeto hacia otras culturas, lo cual, lejos de imponer o asimilar unas culturas a otras, enriquece como humanidad.
Resultados
Por más que nuestras tradiciones culturales sean muy fuertes, el lugar, el tiempo y el sentido de nuestra primera identidad, la convivencia en sociedad hace que sea necesario explorar vías que resulten lo menos lesivas posible para los usos y costumbres instaladas en las diferentes culturas. Abrirse a las ideas y creencias de los otros, dejarse interpretar por ellos a través de un diálogo constrictivo es una posibilidad que nos puede traer como resultado el descubrimiento de un nuevo modo de ciudadanía que vaya más allá tanto de una ciudadanía multicultural como de una ciudadanía intercultural. El reto, por lo tanto, es ir construyendo una ciudadanía transcultural.
Conclusiones
Construir una ciudadanía transcultural es necesario. Es también posible. Pero para ello hay que poner en marcha un nuevo modelo de relación intercultural con el objeto de aceptar la diferencia, pero también la igualdad. Si de verdad no somos capaces de descubrir ese vínculo que nos une como personas, que solo debido a las circunstancias espaciotemporales de cada uno nos han hecho posible construirnos de modo diferente, no entenderemos nada de lo que puede llegar a significar el ser humano para sí mismo y para los demás.
Palabras clave
Ponencia Online
Documentación de apoyo a la presentación ONLINE de la ponencia
Isabel Pacheco Serrano
Comentó el 27/05/2022 a las 20:09:12
Muchas gracias por la ponencia.
Comentar que a pesar de la existencia de la diversidad cultural la tendencia es que la sociedad en su conjunto adquiera cultura de intercambio, el compromiso para favorecer la acogida e integración social tan necesaria. Resulta muy enriquecedor.
Un saludo,
Isabel.
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laia Palos Rey
Comentó el 25/05/2022 a las 08:36:00
Buenos días, felicidades por tu propuesta en este congreso. Como profesora de filosofía en un centro de secundaria intento introducir el concepto de Derechos Humanos en el aula, me gustaría preguntarte de qué manera consideras que podría introducir la reflexión sobre la diversidad cultural en la asignatura de filosofía de Bachillerato y si podría aportar un valor añadido en la formación de dichos alumnos.
Muchas gracias.
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Alba Maza Argón
Comentó el 21/05/2022 a las 16:08:48
Buenas tardes, Carlos:
Soy docente en un instituto de secundaria donde el 80% de los alumnos son de procedencia marroquí.
Llevamos trabajando varios años con la interculturalidad desde las aulas pero parece ser que el peso de las ideas dentro de los núcleos familiares es más fuerte y tiene mayor peso que las de los docentes. Con ello no quiero decir que no se deba escuchar a las familias en un proceso de integración social pero quizás no está funcionando del todo bien el sistema tal y como está planteado hoy en día.
El alumnado, aún habiendo nacido en España, no se siente de aquí. Entonces mi pregunta es:
¿ Cómo, desde vuestro punto de vista sociológico, se podría trabajar de forma más efectiva además de la educación en valores? ¿ Qué se está haciendo mal ?
Muchas gracias y un saludo.
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Rafael Cano Tenorio
Comentó el 20/05/2022 a las 15:17:07
Buenas tardes, Carlos.
Enhorabuena por su ponencia.
Mi pregunta sería la siguiente: ¿podría servir el deporte como herramienta para la construcción de una ciudadanía transcultural?
Muchas gracias de antemano.
Un cordial saludo.
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Carlos Pose
Comentó el 20/05/2022 a las 18:33:34
Hola, Rafael, muchas gracias por tu pregunta. En principio debería servir, pero la realidad es muy distinta. El deporte es en sí mismo un valor que hay que promover a todas las edades y, por supuesto, en la primera y segunda enseñanza, que es cuando se fijan buena parte de las actitudes. El problema es el deporte profesional. Pienso en el futbol, que es quizá el deporte más globalizado. Estamos asistiendo a la versión más perversa del futbol; no solo se ha convertido en un negocio para gente que no le interesa nada el deporte, sino que los propios jugadores están siendo completamente instrumentalizados; por no hablar de los aficionados, que pierden su identidad cuando entran en el campo de futbol o ven perder a su equipo (Solo hay que recordar el espectáculo que se acaba de dar en Sevilla hace un par de días; han sido noticia, no el partido, sino los destrozos). Con ese panorama, es difícil pensar en el deporte como herramienta para la construcción de una ciudadanía transcultural, no porque el deporte no pueda desempeñar su función, sino porque en la actualidad está siendo manifiestamente pervertido. Un saludo.
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Cláudia Lopes Gomes
Comentó el 19/05/2022 a las 15:54:43
Estimado Carlos, gracias por tu ponencia.
Mi pregunta es la siguiente: teniendo en cuenta los medios actuales de globalización, sea el internet, revistas, libros, cinema, medios de transporte como el avión, ¿a que crees que se sigue debiendo los "conflictos" entre distintas culturas?
Responder
Carlos Pose
Comentó el 19/05/2022 a las 21:21:14
Hola, Claudia, muchas gracias. Me parece que lo que se está globalizando es el conjunto de valores instrumentales (todos los que has mencionado), pero no así el conjunto de valores llamados intrínsecos (la paz, la justicia, etc.). Los conflictos no se produce en el orden de los valores instrumentales o técnicos, sino en el orden de los valores intrínsecos. Por eso, a pesar del proceso de globalización que estamos viviendo, sigue habiendo conflictos interculturales. La tarea es, por lo tanto, globalizar los valores intrínsecos. Un saludo.
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María Sánchez Castelló
Comentó el 19/05/2022 a las 14:48:08
Hola Carlos,
¡Muy interesante tu presentación! Al escucharla me ha surgido una duda respecto a un tema que se debate bastante actualmente en redes sociales. Me refiero al tema de la apropiación cultural que manifiestan muchas personas pertenecientes a grupos minoritarios. ¿Se incluye esta problemática cuando se aborda el estudio de la gestión de la diversidad desde un punto de vista filosófico o antropológico?, ¿se tiene en cuenta especialmente desde las perspectivas de la interculturalidad y la transculturalidad? Es simple curiosidad por un tema que me parece interesante, pero desconozco si se aborda desde un punto de vista académico.
Muchas gracias,
Un saludo
Responder
Carlos Pose
Comentó el 19/05/2022 a las 21:17:23
Hola, María: el tema de la apropiación cultural plantea muchos problemas y, por supuesto, tiene un tratamiento filosófico o antropológico como cualquier otro. Identificarse, por ejemplo, con un rasgo de una cultura diferente puede plantear conflictos interculturales que, de nuevo, solo pueden resolverse a través de un diálogo constructivo, es decir, yendo a una solución transcultural. Un saludo.
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Silvia Helena Benchimol Barros
Comentó el 19/05/2022 a las 13:34:30
Gostei bastante da temátca. É importante e promove reflexões mais aprofunadas e mais realistas sobre as questões da diversidade e da natural convivência e coexistência de diferentes, costumes, religões etc, nos mesmos espaços. Concordo plenamente que o relativismo cultural, seja em sua forma leve ou forte, não trazem as soluções para questões agravadas no mundo globalizado , a saber - o racismo, a intolerância religiosa entre outras. Considerando a complexidade e a longevidade de tais conflitos que permeiam a história da humanidade, acredita que esta resistência à tranformação humanitária pode ser favorecida por interesses políticos?
Responder
Carlos Pose
Comentó el 19/05/2022 a las 21:03:32
Muchas gracias, Silvia. Es evidente lo que comentas. Hay una institución, el Estado, y en su representación, los políticos, que tienen un especial interés en suplantar o confundir la idea de la identidad personal. De hecho, uno de los modos que tienen las personas de defenderse de la maquinaria del Estado es disolver su identidad personal en la identidad colectiva del signo que sea. Hoy ya nadie habla de “conciencia de clase”, ni de que “la unión hace la fuerza”, pero estas expresiones siguen estando muy presentes en el inconsciente colectivo. Solo que ahora la “conciencia de clase” se ha convertido en “conciencia de género”, en “conciencia de pueblo o nación” o en “conciencia de determinados derechos”. Se da, pues, la paradoja de que el modo de reivindicar la identidad personal frente al Estado es disolviéndola en una genérica identidad colectiva o social. Así es como se cree cobrar verdadera identidad o visibilidad. Un saludo.
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Ana Isabel Ponce Gea
Comentó el 19/05/2022 a las 08:21:41
Buenos días y muchas gracias por una propuesta que me interesa de forma especial. Quería preguntarle en torno a un dilema también planteado para la ciudadanía global, que está en la línea de la configuración de identidades no argumentadas, ni histórica ni casi intuitivamente, que podríamos llamar identidades de consumo. La conformación de identidades conlleva el reconocimiento y también la selección de unos rasgos propios de la identidad, muchas veces de la mano de lo patrimonial. ¿Puede que una de las debilidades de este tipo de identidades que proponemos en los últimos tiempos sea, precisamente, la no definición de los rasgos objetivos que la definen? Saludos.
Responder
Carlos Pose
Comentó el 19/05/2022 a las 09:46:47
Muchas gracias, Ana, por tu comentario. Este tema de la identidad y cómo la adquirimos es algo bastante confuso. Uno se identifica a la vez como castellano, español, occidental, cristiano, ciudadano del mundo, etc., precisamente porque se encuentra afectado y constituido en su identidad por diferentes depósitos de valores, el familiar, el local, el regional, el nacional, el continental, el mundial. En el fondo, en nosotros no hay una identidad sino varias, muchas. Esto significa que, por lo general, tenemos que elegir, no una única identidad, sino varias identidades, porque ninguna da cuenta por completo de nuestra situación identitaria. Ahora bien, el camino que cada cual ha de transitar ha de elegirlo “autónomamente”. Porque toda persona tiene que plantearse, al menos alguna vez en la vida, qué hacer con sus actos, “seguir la corriente” de la tradición sin más, “elegir las mejores posibilidades” que el medio social le proporciona, o proponerse ser un “creador de valores”. Tan fácil, tan difícil. Un saludo.
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María Luisa Rico Gómez
Comentó el 19/05/2022 a las 00:09:09
Estimado colega,
muchas gracias por la comunicación presentada. Quería preguntarle cómo, en su opinión, sería posible trabajar desde la educación esa perspectiva transcultural y de diálogo constructivo, para dentro de la diversidad cultural, favorecer la construcción de unos valores cívicos, respetando la identidad cultural dentro de un mundo cada vez más globalizado. Gracias.
Responder
Carlos Pose
Comentó el 19/05/2022 a las 08:43:59
Muchas gracias, María. Como cultura puede definirse como un depósito de valores, creo que todo pasa por explicar qué es esto de los valores, qué tipos hay de valores, cuál es la lógica de la valoración, etc. Así como hay una lógica de los hechos que todo científico conoce perfectamente, habría que enseñar la lógica de los valores o de la valoración. Y cuando se entra en ese mundo de los valores, descubrimos que los valores no son subjetivos ni objetivos, sino intersubjetivos, es decir, que los valor construyendo entre todos social e históricamente. No tiene sentido, por lo tanto, aferrarse a unos valores como absolutos. Todo valor ha sido construido. A partir de este marco teórico es necesario dar las herramientas metodológicas que nos permitan gestionar el conflicto de valores. Esto también lo hay que enseñar. Por lo tanto, la educación en valores tiene una parte teórica y otra práctica, y ambas hay que comenzar a trabajarlas desde muy pronto, desde la infancia. Solo así, creo, iremos construyendo un espacio de convivencia transcultural.
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Antonio José Rojas Tejada
Comentó el 18/05/2022 a las 19:41:51
Hola, muy interesante el tema. ¿Es necesario plantear la diversidad cultural como problema? ¿Problematizarla no es estigmatizarla, no es infravalorarla? No es más adecuado considerarla como oportunidad, como ventaja, etc. o simplemente como fenómeno que ocurre sin más.
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Carlos Pose
Comentó el 18/05/2022 a las 21:32:07
Muchas gracias, Antonio. A lo que preguntas diría que todo depende de cómo se mire. Soy consciente de que la diversidad cultural es una riqueza, pero a la vez es un problema porque plantea conflictos de convivencia. Sin conflictos reales, del día a día, en el ámbito sanitario, en el ámbito político, en el ámbito educativo... El hecho de que no se plantee como problema no evita los conflictos. Por lo tanto, los problemas no los crean las palabras (esto también puede suceder), sino la realidad vivida. La oportunidad que veo de plantearlo como problema es que aprendamos a gestionar los conflictos, no beligerantemente, no impositivamente, no dogmáticamente, sino de modo prudente y responsable, evaluando las circunstancias y las consecuencias de cada uno de los conflictos con los que nos vamos encontrando. Muchas gracias.
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Renzo Ismael Jeri Levano
Comentó el 18/05/2022 a las 17:17:24
Una temática interesante y muy claros los conceptos sobre cultura, interculturalidad y transculturalidad. Por lo que menciona debemos ir hacia una dimensión más transcultural ¿Cuales serian las vías a seguir hacia una transculturalidad global?
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Carlos Pose
Comentó el 18/05/2022 a las 17:51:50
Muchas gracias, Renzo. Creo que existen varias vías. Los políticos se empeñan en utilizar la vía legal, mientras que las iglesias siempre han "creído" (en este caso el término es exacto) en la vía religiosa. Pienso que es necesario "cultivar" (el término también es apropiado en este caso) la vía ética. No creo que podamos llegar a una cultura rica en perspectiva global sin una buena "educación en valores". La ciudadanía hay que irla construyendo entre todos, pero no por la vía de la fuerza (la ley) sino de la vía de la responsabilidad (el deber). El mal llamado "choque de civilizaciones" siempre ha sido una exclusa política o religiosa. Hay quien dice, por ejemplo, que la guerra de Rusia (o de Putin) no es solo política sino también religiosa (la añoranza de la Santa Rusia). Tiene lógica que se interprete así, porque así ha sucedido a lo largo de muchos años de historia. Por eso hemos de reclamar que sea la sociedad civil la que se imponga y reivindique su papel en la historia. Pero para ello hay que ir educando a la sociedad, creando una ciudadanía global.
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Isabel Barreto Messano
Comentó el 18/05/2022 a las 15:06:39
1.- Una advertencia: los resultados no pueden ir luego de la discusión, siempre van antes.
2.- La presentación resulta pedagógica pero muy teórica también; cómo pueden ejemplificar los distintos conceptos teóricos que presentan? cómo se interlacionan entre ellos? qué rol tienen los contextos históricos - filosóficos en la elaboración de los mismos?
Responder
Carlos Pose
Comentó el 18/05/2022 a las 16:01:46
Gracias, Isabel. Sobre el lugar de los resultados y la discusión, este es un sesgo bastante frecuente debido a que estamos muy condicionados por la investigación científica. En humanidades, que es el terreno en el que nos movemos aquí, no tiene sentido presentar los resultados antes de establecer una discusión entre las distintas opiniones. En ciencia, ciertamente, debido a que se utilizan métodos cuantitativos, es lógico que la discusión vaya después de los resultados, porque es esta discusión la que proporciona un análisis crítico a los resultados. En cambio, en humanidades, el análisis crítico es previo, habida cuenta de que se utilizan generalmente métodos cualitativos. Es el caso del análisis hermenéutico. En todo caso, esto no es ahora objeto de discusión.
En relación a lo segundo, es verdad que lo que he presentado no es más que el marco teórico a partir del cual hay que ir estableciendo prácticas concretas. Pero no todo queda en el aire. Baste pensar que cada uno de nosotros vivimos en una cultura que ha nacido a partir de otras. Toda cultura es un depósito de valoraciones históricas y, por lo tanto, ha ido pasando por distintos momentos. Lo que se quiere indicar es que las vías interculturales o multiculturales no resuelven el problema de la diversidad cultural. Es preciso ir más allá, de tal modo que todo valor cultural sea objeto de un análisis abierto entre todos los afectados. Si no estamos dispuestos a esto, entonces es claro que no tenemos interés en vivir en una comunidad transcultural, sino en nuestra propia comunidad, aún a costa de tener que sacrificar valores que debería tener la pretensión de la universalidad. Tal es el valor hospitalidad entendida como el acto de dar hospedaje (acogida) al peregrino, al menesteroso o, en general, la buena acogida y recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes. Espero que con este ejemplo la idea quede algo más clara. Muchas gracias.
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Pedro Pablo Marin Dueñas
Comentó el 17/05/2022 a las 23:12:33
buenas,
¿planteas alguna alternativa o propuesta para alcanzar ese modelo de relación intercultural del que hablas? ¿crees que en la sociedad actual esto es posible?
saludos y gracias
Responder
Carlos Pose
Comentó el 18/05/2022 a las 07:43:25
Gracias, Pedro. Sí, lo que planteo es precisamente una vía transcultural que vaya más allá de lo intercultural, buscando que mediante un diálogo constructivo aparezcan valores y formas de vida que superen o enriquezcan las diferencias interculturales. Es necesario el respeto hacia las otras culturas, porque toda cultura puede tener su riqueza. Pero seguro que tendrá también su pobreza, valoraciones que será necesario modificar. Por eso solo el diálogo intercultural puede descubrir lo mejor de cada cultura, hasta convertir la interculturalidad en transculturalidad. Un saludo.
Responder