Discriminación, discurso de odio y redes sociales en Rusia. Influencias en la configuración de una "mentalidad de conflicto"

En los últimos años, el mundo ha sido testigo de un gran aumento de las expresiones de odio y xenofobia. Los medios de comunicación y las redes sociales se han convertido en un factor importante para el aumento de expresiones de odio y discriminación. En Rusia, un país con más de 180 grupos étnicos, los medios sociales han influido directamente en la configuración de una ”mentalidad de conflicto” que, partiendo de actitudes discriminatorias y xenófobas han ido creando el caldo de cultivo para construir una ”mentalidad de conflicto”. En qué medida esta mentalidad ha podido ser el germen del actual conflicto con Ucrania es una pregunta a la que intentaremos responder a lo largo de este trabajo.

En primer lugar, los medios sociales pueden facilitar la coordinación y la acción colectiva, en ámbitos como los delitos de odio, ya que las redes sociales facilitan la búsqueda de personas con ideas afines a través de comunidades y grupos en línea y, posiblemente, la posibilidad de señalarse como alguien que comparte esas opiniones. En segundo lugar, los medios sociales pueden influir en las opiniones individuales, de manera que, los individuos previamente tolerantes pueden verse expuestos a opiniones intolerantes, mientras que los individuos intolerantes pueden acabar en ”pie de guerra” frente a grupos sociales o étnicos que comparten unas creencias, raza, sexo o ideología. Por último, más allá de cambiar las actitudes, los medios sociales también pueden afectar a las percepciones de las personas sobre la aceptabilidad de la expresión del odio y, por tanto, a su disposición a expresarlo, en la convicción de que no sólo se está en la posesión de la verdad, sino que cualquier idea estará avalada por la libertad de expresión, en unos casos, o por el anonimato, en otros.

Cuando nos referimos a países que, como Rusia, bajo una dictadura encubierta postula un pensamiento único de índole totalitario, tanto los medios de comunicación, como las redes sociales, se convierten en instrumentos en poder del Estado para fomentar una cultura del enfrentamiento, del odio y de la discriminación. En este contexto, y sin posibilidad para expresar opiniones discordantes, la ”mentalidad de conflicto” permite justificar cualquier acción tendente al dominio y la imposición, incluso la guerra.

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