Interacción social sexual: la dominatrix y sus sumisos, en Quito, Ecuador.

La hibridación es una mutación, por la cual se generan nuevas formas de interacción humana, mediadas por las tecnologías, que conducen a una hiperterritorialización (Gómez, 2017) de la experiencia, es decir la combinación de los espacios de interacción (virtuales o cara a cara) en los que se relacionan emocional y sexualmente.   

Siguiendo a Goffman (2007) la interacción únicamente se produce cuando entre los participantes existe influencia mutua, es decir, un efecto en la subjetividad que resulta del historial de encuentros, la confianza y la empatía que los configura.  

La interacción sexual, entre una dominatriz y un sumiso, ¿constituye una interacción social, en la medida en que además de la influencia mutua tiene efectos en la interacción en otros espacios como la familia, el trabajo o los amigos? ¿cómo se puede caracterizar la interacción social sexual, puesto que se mantiene en gran medida en la opacidad del secreto?  

Metodología  

Esta investigación presenta el resultado de entrevistas etnográfica a Zelda Zonk, ciberactivista por el reconocimiento del trabajo sexual como una actividad legítima, productiva y, al contrario de lo que se dice, humanizante. Además, Zonk, es couching sexual y dominatriz.   

La investigación se enfocó en su trabajo como dominatriz, en el contexto del BDSM (bondage, disciplina y dominación; sumisión y sadismo; y masoquismo) en concreto, su experiencia de interacción con clientes en su rol de “sumisos”, en la ciudad de Quito – Ecuador y, a través de su testimonio, de la experiencia de interacción de los sumisos con su entorno más cercano.  

Resultados  

La interacción asimétrica entre la dominatriz y el sumiso, trascienden el performance de la escenificación sexual, para, expandir la libertad individual, a través de inclusión del rol faltante: el sumiso. En el proceso significaciones concernientes a los vínculos creados por el conocimiento mutuo y la confianza. 

Palabras clave